martes, 16 de septiembre de 2008

Me compré un caja grande para guardar
todo lo que pueda de ti,
todos los gestos y las sonrisas
para cuando ya no estés.
También me grabé el soneto once de Neruda
en todo el cuerpo para cuando
me den ganas de pensarte
y pretender extrañarte menos.
Ensayé mi mejor sonrisa y
alguna historia qué decir
mientras se cumpla el hasta luego.
Y en resumen, he preparado tu presencia absoluta
para que pueda latir con fuerza mi corazón
y que al volver lo encontrés más decidido
y radiante que ayer.
Solo te pido que antes de irte me dejes uno
que otro beso suelto, de esos tiernos y adictivos que me das
y un par de abrazos cálidos para las noches de soledad.
Me compré un cajón grande para guardar
todo lo que pueda de ti, todos los gestos
y las sonrisas para cuando ya no estés...
Solo me pregunto si esta necesidad de ti
será más pequeña, menos espaciosa que esta caja...



( Finalmente lo terminé... otra vuelta en la montaña rusa verdad?? )

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