domingo, 21 de octubre de 2007

Vuelvo al Sur



La noche hizo pausa cuando su silueta negra
y tacones altos
cruzaron el umbral de aquella puerta.
El tomo su mano y con la otra rodeó su cintura.
ella cerró sus ojos y empezó a bailar.
Aquel olor, aquella música, aquel sabor en sus labios
vino tinto, vino añejo, sueños pasados suplantados
por un presente que cada vez pesaba más.
Movió suavemente su cuerpo, quería sentirse liviana
dejarse guiar por aquel cuerpo nuevo, sentir la presión
de su mano en su cintura, la respiración en su cuello.
La música sensual, triste, un viejo tango evocador de recuerdos.
Sintió la letra vibrar en su cuerpo, y aquellas imagenes
brotaron en su mente.
Fue desenterrar aquellos viejos sueños egoístas de sí misma
fue regresar con un deseo con un temor, como se vuelve siempre al amor.
Salir de un amor, enterrarlo con una lágrima, un último suspiro
evocando un nombre de nueve letras por olvidar.
Una vuelta y otro giro, abrió los ojos y se chocó con aquellos ojos
verdes.
La miraban fijamente, buscando en ella respuestas, señales.
El enredó sus dedos en su cabello y ella suspiró.
Un nuevo giro y se recostó en su hombro. Cerró los ojos.
Ella volvió a transportarse, evocó aquella calle a media luz,
aquel café de una ciudad perdida, el sur, debía volver al sur.
El destino del corazón, volver al sur, era del sur.
Aquel no era su lugar, ni su tiempo entendió porque
siempre fue tan ajena.
Había confundido el cielo al revés, vio el amor
donde solo había vacíos, olvídó al sur por un espejismo
ahora debía volver, al sur, al sur.
El viejo tango parecía aclarar todo, cada movimiento
parecía liberar pesos.
Terminó la noche, él tomó su mano y acarició sus mejillas
se acercó suavemente, ella susurró algo al oído y desapareció
por aquella puerta.
Esa misma noche, aquella vieja canción, aquellos ojos verdes
le recordaron el sur, empacó sus cosas y hoy escribe
sobre la noche que decidió dejar todo este lugar
para marcharse y volver al Sur,
como se vuelve siempre al amor.

miércoles, 17 de octubre de 2007

G


Su voz es suave,
su mirada intensa,
la risa alegre
la silueta perfecta.
Desconocido que me conoce
eres hombre? o eres angel?
Hablamos tanto de todo
sin siquiera tocarnos
Trae luz, trae brisa
trae esperanza que creía perdida
Su voz es suave
su mirada intensa
los ojos verdes me pierden
la sonrisa me recupera
y me sigo preguntando quién eres...

martes, 16 de octubre de 2007

gigante enano

Su ego gigante
del mismo tamaño que
la autoestima que le falta.
Se llena de palabras dulces,
quizás ciertas, quizás momentáneas.
Aprovecha el instánte,
se vale de la fe de ciegos
y besa sin besar.
Gigante tan enano... solo se puede quedar!
Solo, frío sin quien abrazar
sin meta, sin rumbo
el norte le huye
la noche lo cubre
y se reviste de emoción.
A solas se pregunta que dice el corazón
a solas, a solas, a solas. Solo.
Gio.Kes
Un minuto, una mirada, la palabra escurridiza
que se mezlca entre tu duda y mi incertidumbre
garráfaga de silencio que azota fuerte
trae frío, más vacío
soledad.

Tu mano está tan lejos, la mía tan rígida
los sentimientos aglomerados en la punta
de la lengua, el corazón latiendo fuerte
y tu ignorando la conmoción.

Crees quererme, imaginas desearme
sin siquiera sospechar que es amar
tan fuerte hasta doler los huesos
Muertos la ilusión y el calor
la pasión es más que vacía
que el silencio que nos envuelve.

Tanto odiarte, tanto amarte, tanto
y tonta por seguir sentada esperando
una reacción, una palabra, una señal
mientras tus ojos miran con desgana
y volteas tu rostro hacia otro lado.

El cuarto cigarrillo del día
de la no fumadora
cada vez que saco el humo intento
sacar un poquito de ti
aun no logro perdonarte
dolió tanto! tanto!
disipo tu nombre y tu rostro que ya no ve
más el mío.

Hablas de ella nuevamente, salta mi sarcasmo
lastimas! no lo entiendes, sigues, comparas
y yo acumulo más ira
que hay de mi dulzura? las has quebrado!
la borras en cada acto
soy una desconocida frente a mi espejo
qué de mí si no queda nada

El valor al carajo, estoy cansada de querer
pero sigo amando, sin alegría, más con dolor
y miedo... es amar?
Dónde quedó mi alegría, mi ganas de verte y abrazarte
había tanto para ti sin explotar... no diste tiempo
no lo diste.

Mi felicidad es media pastilla por la mañana y media por
la tarde, el sueño es un escape, el hambre una ansiedad
el baño el desahogo, las lágrimas la rutina
y mi sarcasmo, ese maldito que tanto odias
lo unico que me queda para salir de ti, evadir el sentimiento
y no gritarte que te amo y que duele tu ceguera!

maldición quien soy?
si no un montón de reclamos
me has hecho asi, me has convertido tu
con tu mentira, tu farsa, tu falta de valor.
Y sigo aquí queriendo en silencio, revisitiendo
las palabras de orgullo y sonando gris
xq cansa la sonrisa fingida, la aparente calma!

Y sigues sin entender, prefieres ofenderte
y no comprender
que la cama duele hasta el encaje
que la piel empieza a doler
los labios a desaparecer
no valieron los minutos de comunión
no contó el amor,
insuficiente!
fría!
diferente!

No soy ella, ella ignora todo, no sabe la otra parte
y tu la callas, la conveniencia
si estoy cerca me besas, me abrazas
estás conmigo
al día siguiente no llamas, la buscas
crees que ella es todo y yo... quien soy yo?


El minuto se alarga, una cuestión, un tiempo
la historia que se acaba, mal final
y ella ignorando que estuviste conmigo
y sonriendote porque es feliz.