martes, 24 de abril de 2007

El paciente



Es tan inevitable cruzarme en su mirada y quedarme ahí
su gravedad atrae mi curiosidad
y más que curiosidad son emociones... puras, naturales.
***

Ella tiene tantas dudas
el tantas inseguridades
Y el tercero es el universo que los compensa.

***

A mitad de martes salió de la clínica
preguntandose si los ojos cafés eran
la medicina para el corazón o un nuevo dolor.

***
La ibérica mirada
cruzando interoceánicamente
su recuerdo
le trae más que la sonrisa,
trae la esperanza de
los ojos verdes
que dijeron Sí de corazón.

1 comentario:

tiemposuficiente dijo...

La paciencia es la madre de las virtudes, y los pacientes son los padres de mi paciencia, tienen la habilidad de provocarme un desborde de felicidad hasta el más horrendo repudio, con sus actitudes, no con sus enfermedades físicas. Lo que no se ve es lo que llega, a veces al alma, a veces a mi sistema gastrointestinal y lo revuelven, y el alma también la revuelven. Los dulces ojos de la muerte en sus rostros, o la más horrenda de todas las torturas del infierno se juntan en mi cabeza y me confunden, la palabra más difícil en mi diccionario es paciente. Aunque siento que no se llaman pacientes porque tengan ellos que tener paciencia, es porque me obligan a tenerla.

muy bonito tu blog pero me gustó más comentar este. cutie bye besos