martes, 5 de agosto de 2008

El motivo, epitafio final.

La razón de haberte borrado de todo y haberme desaparecido
en un segundo de tu vida no fueron los engaños, ni tu falta de tacto,
Ni siquiera lo fueron las constantes discusiones.
Tampoco las conclusiones a priori de tu madre,
mucho menos la ausencia de hombría de tu parte, (nunca habia visto a alguien correr tan rápido a las faldas de su madre)
ni el clima y mis malos ratos.
No fue el tiempo, ni la gama de reclamos
Las razón ni siquera es esa pobre cualquiera
o mi orgullo galopante.
La razón fue el cansancio, el desgaste
y sobre todo la muerte.
La muerte del sentimiento que alguna vez despertaste y que por gracia de Dios ya murió.
Ni seamos idealistas hipócritas en pensar en tener amistad. Jamás!
Me equivoqué hace tiempo al escribirte un epitafio, este de hoy es mejor, este sí es implacable.
En este epitafio lo único que escribiré será indiferencia con tinta de promesa de nunca volver a pensarte.


Y si al leer un día esto por curiosidad sentís rabia o tristeza... sin orgullo y sin rencor te puedo asegurar q me da realmente igual. Eres pasado, como te olvidé, olvidame tu ya.

No hay comentarios: