miércoles, 14 de noviembre de 2007

The painted vail

Finalmente estoy sola,
todas esas voces se han callado
Todos esos rostros se han ido
y ahora me puedo realmente escuchar.
¿Qué le queda a uno sino seguir?
Aunque sea a medias, aunque sea triste
la cuestión es seguir...
Decidí dejar las lágrimas para mí sola
ya no mas llantos al teléfono
ni largas conversaciones sin final.
Finalmente sola,
el minuto, el segundo la pausa entre ambos
en qué momento el reloj se detuvo
y murió la ilusión?
La pausa, el intruso, el engaño!
Creí que cerrando puertas, enterrando momentos
se podía intentar olvidar
pero tu ausencia vuelve en mis momentos a solas
y duele, duele tanto que he empezado a llorar.
¿Qué le queda a uno sino seguir?
Aunque sea con las piezas rotas, la ilusión muerta
y la fe sin rumbo.
Qué queda despues de tanto engaño, tantas discusiones
tanta incertidumbre.
Qué queda cuando mi vientre no dio vida y a pesar
del miedo había una semilla de ilusión.
Queda mi disfraz de indiferente, de fría
El orgullo y la soberbia cubren los sentimientos
que un día fueron dulces
Ya levanté mi muro, me mudé a mi isla
y puse una escoba tras la puerta para que tu
recuerdo no vuelva más.
Una sola vez más lo vi a los ojos
y dije esas dos palabras cortas, profundas
fuertes! grite con mis brazos la necesidad
el tiempo, lo dado, lo recibido, el amor!
Pero del otro lado hubo silencio, los ojos muertos
el cuerpo inerte y un gran sentimiento sin el
valor suficiente para tambien gritar amor.
¿Qué le queda a uno sino amar en la expresión
más angosta del amor,
la línea fina,
casi quebrantable de arriesgarse a dejar ir
lo que tanto se ama, para ver si vuelve
para ver si extraña...

1 comentario:

Daniel A. dijo...

Puedo entender el sentimiento mas no imagino el corazón.