miércoles, 8 de abril de 2009

19 semanas


Las semanas van volando
y la ansiedad crece con cada día que pasa.
Es una ansiedad distinta, blanca, de buena fe.
No es la desesperada gris de ojos tristes, esa,
esa desquiciada, para mi suerte desapareció.

Los días pasan y cada mañana el ritual se repite
de pie frente al espejo, sin más que la piel morena
que me acompaña desde siempre, 
observo el vientre que tímidamente crece.
El ángulo lateral es mi favorito, me hace sentir invencible...

Lo siento y no lo creo, 
parece un imposible mágico
que milagrosamente crece en mi interior.
Veo mis manos, estudio sus líneas e
intento saber como estas inexpertas
cuidaran de un nuevo ser...
Serán estos brazos delgados lo suficientemente fuertes
y cálidos a la vez...
Cómo estos pechos jóvenes  podrán ser manantial...
Sin embargo, 
a pesar del millón de preguntas
solo una cosa se me ocurre:
Amarle, amarle con todo lo que soy y más...








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